
Ustedes me imaginarán gordo, lleno de postres y lleno de plata. Bueno. Lleno de plata estoy, pero gordo sería lo último que podría ser. No porque es algo malo, sino porque no engordo. Soy de esos que come y come y nunca engorda ni un gramo. Es realmente formidable y muy divertido porque puedo comer hasta reventar y nunca engordo nada.
La verdad que para el estilo de vida que a mi me gusta llevar, eso es una bendición. además mis amigos me dicen «Lima Nueva» porque como y como y como sin problemas. Claro que al momento del postre estoy como nuevo y no puedo perderme lo más rico de la cena.
El otro día fuí a comer con unos amigos en Washington y me hicieron una broma de mal gusto que terminamos pagando entre todos, pero que no dejó de ser una gran broma. Me recomendaron un postre de lujo y yo me tenté. Pero no me dijeron su precio.Entonces lo pedí. Los mozos del lugar comenzaron a hablar entre ellos y hasta llegó un chef especializado para hacer mi postre. Mis amigos no dejaban de reirse.
De pronto llegó a mi mesa un rico postre y la cuenta. $18.000 dólares. ¿? Bueno. Simplemente me puse a llorar y mis amigos me contuvieron diciendo que lo pagaban entre todos y que querñian hacerme un chiste. Con ustedes la foto de mi postre con diamantes.
Vía | bornrich

Originally posted 2009-09-21 17:35:20.