

Es que a mi marido y a mí nos encantan las celebraciones. No desperdiciamos ninguna ocasión, máxime tratándose del día de ayer, nada menos que el festejo del San Valentín. No podíamos dejar pasar esta fecha sin celebrar y brindar por nuestro amor.
No somos ningunos aficionados. Como catadores experimentados ya hemos degustado casi todas las marcas. Cada vez que salimos a la calle, regresamos con alguna botellita diferente. Todas de buenas bodegas, obviamente. Lo vamos probando todo, con moderación, a ver cuál sabe mejor y así hemos ido aprendiendo a elegir con qué quedarnos.
Para brindar, hay que hacerlo con champagne. Y un champagne de los mejores. Jamás podré comprender a esa gente que suele brindar con sidra. La sidra será sabrosa pero de lujo tiene poco y nada. Sin embargo, un champagne de lujo se transforma en el rey de la velada.
Champagne Pommery es inigualable. Así que, en esta circunstancia, no estuvo ausente en nuestra mesa. Estamos felices porque hemos escogido sabiamente y Pommery fue un excelente compañero en nuestra cena íntima.
¿Qué cuál es el secreto de Pommery? ¡El sol! Eso también lo tenemos muy claro. Es esencial que el sol caiga sobre las plantaciones bien regadas para obtener las mejores cepas. De esto se ocupa Pommery: de cuidar su excelencia. Sinceramente, logran las mejores cosechas.
Pequeños toques florales flirtean armoniosamente con los cítricos. A estos aromas se le suman, además, una serie de beneficios: mejoría de la función cerebral y de la circulación sanguínea y estímulo de la actividad celular.
Con estos datos, ¿cabe alguna duda de que teníamos que brindar con Champagne Pommery? Símbolo de lujo y exquisitez.
Vía | Luxe-Magazin.com
Imagen 1: lauren
Imagen 2: John & Mel Kots
Originally posted 2009-02-15 15:49:33.